Los sindicatos se van a plantear en breve una respuesta unitaria contra la pasividad del Ayuntamiento
Guardia Urbanos en la entrada del metro. Foto TOT L’HOSPITALET
L’HOSPITALET. REDACCIÓN.- La sensación que el Ayuntamiento está jugando con fuego en el tema de la Guardia Urbana ha llevado a los distintos sindicatos del cuerpo a convocar una nueva reunión unitaria para poner en marcha una respuesta, si cabe más contundente, a la falta absoluta de responsabilidad de los directivos de Recursos Humanos que, desde el pleno de febrero, no han reaccionado ni dado ningún tipo de respuesta a las demandas sociales.
Tras la información de este medio del pasado 12 de marzo, no ha habido una sola reunión negociadora más, ni una convocatoria para repasar los temas pendientes, por lo que el malestar en el cuerpo no ha hecho más que aumentar en los pasados días. De hecho, la mesa negociadora está pendiente de un estudio de la Diputación que pretendía hacer una comparativa de la situación en la que se encuentran los distintos cuerpos locales de la Guardia Urbana de ciudades de las mismas dimensiones que l’Hospitalet. Por lo que parece, Recursos Humanos del Ayuntamiento considera que la situación entre los cuerpos de los municipios del área metropolitana no es tan distante, mientras que asegura que en lo que hace al nivel de absentismo que se registra en l’Hospitalet la distancia con las otras Guàrdias Urbanas es alarmante. En este sentido también se está a la espera de un estudio de comparación que confirme o desmienta la sensación del Ayuntamiento al respecto.
En cualquier caso, el nivel de absentismo de los agentes pone de manifiesto el clima de falta de motivación que existe y que viene dado, según los sindicatos del cuerpo, por la falta de respuesta a los problemas, la ausencia de cualquier tipo de compromiso para mejorar las deficiencias que se han ido poniendo de manifiesto y también el clima de nepotismo que se ha puesto de manifiesto tantas veces en la promoción interna, especialmente en lo referente al caso todavía pendiente de la cúpula del cuerpo.
Por otro lado, sigue pendiente también algo que resulta para los agentes especialmente delicado como es la cuestión de la seguridad de la sede de la comisaria. Por lo que se ha podido observar, en este punto si que hay una notable diferencia con otros cuerpos de la Guardia Urbana de ciudades del entorno, donde hay una comisaría en un local propio en la mayoría de municipios, cuestión que garantiza la seguridad de los agentes en mucho mayor grado que ocurre en la segunda ciudad de Cataluña por el número de sus habitantes. Hasta ahora, para mejorar esta cuestión y tantas otras, solo ha habido buenas palabras, pero ni un solo compromiso en firme. Los agentes son conscientes que un problema de estas características, pese a su urgencia, no va a tener solución de un día para el otro, pero se lamentan de la falta de sensibilidad que muestra el Ayuntamiento que, en algunos aspectos, consideran directamente que se trata de pura desidia.
Tampoco ha habido avance alguno en los pagos atrasados de las justificaciones extraordinarias. Pese a que el Ayuntamiento se queja de que los atrasos se deben al funcionamiento interno de la propia Administración (los pagos deben ser autorizados por la Intervención municipal), los agentes consideran que una buena parte del problema se debe a que en muchas de las justificaciones extraordinarias se incluyen emolumentos que no deberían estar en este concepto, sino en el capítulo de complementos específicos que son los que regula la Administración local. Por todo ello, el clima en los agentes continúa enrarecido y el desencanto, el enfado en el cuerpo y la falta de interés que demuestra la Administración local va a llevar a la Guardia Urbana a una situación de estrés que no augura nada bueno, según confiesan los propios sindicatos.